La niña Teycita, mi profesora era amorosita conmigo, me daba besos, abrazos y sobre todo, me decía Julito.
La miraba sacudiendo el borrador era una bolsa de tela con retazos, y al sacudirlo nos dejaba a todos en el aula, estornudando.
Nos leía el libro para dictar. A veces nos indicaba silencio, si ella estaba escribiendo alguna carta.
Temprano de la mañana que llegabamos, pasaba revisión zapatos, calcetines, orejas, uñas, peinado, lagañas, dientes, cinco, camisa planchada, en fín... decía que era educación para la vida.
La miraba sacudiendo el borrador era una bolsa de tela con retazos, y al sacudirlo nos dejaba a todos en el aula, estornudando.
Nos leía el libro para dictar. A veces nos indicaba silencio, si ella estaba escribiendo alguna carta.
Temprano de la mañana que llegabamos, pasaba revisión zapatos, calcetines, orejas, uñas, peinado, lagañas, dientes, cinco, camisa planchada, en fín... decía que era educación para la vida.
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